De acuerdo a la Constitución la educación es una responsabilidad única y exclusiva del Estado Dominicano y como tal debe actuar. Llegó la hora de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, como dice la Palabra.
Otro aspecto que debe seriamente revisarse es la eliminación de las famosas Pruebas Nacionales, tanto en el nivel Medio como en el Básico. Las mismas no más que son una pérdida de tiempo y de recursos y una retranca que le crea enormes dificultades a los alumnos. Invirtamos más en administración y supervisión escolar y en la capacitación y el mejoramiento de las condiciones de vida de los maestros, que es lo que no se ha hecho a través de los años.
A sabiendas de que establecer cambios profundos en el sistema educativo nacional conllevaría a la formación de nuevos individuos, y por lo tanto de una nueva sociedad, es pertinente de que se revisen la filosofía y políticas educativas y que se establezca un nuevo currículo.
Abogamos porque en este nuevo enfoque de la ecuación nacional se elimine la enorme brecha que hay entre la educación pública y la ecuación privada. Personas autorizadas, incluyendo a un Ex Ministro de Educación, han expresado que en la educación privada se utilizan textos diferentes a los de la educación pública y que los contenidos de los programas de clases no son los mismos. Ni hablar de los laboratorios y aulas especializadas. De verdad, que hay un gran desnivel entre la educación pública y la privada.
El sistema educativo dominicano debe ser único e integral y todos y todas tenemos que regirnos por los mismos principios y normas establecidas. El Ministerio de Educación tiene una gran tarea por delante, en este sentido.
La capacitación del los recursos humanos en cantidades industriales, lo mismo que en la calidad técnico pedagógica es la garantía del éxito de cualquier sistema educativo. Simplemente, hay que invertir en la formación de docentes, supervisores y administradores escolares para garantizar un cambio cuantitativo y cualitativo en la educación nacional.
Imagínense las respuestas a estas preguntas:
¿Por qué las personas tienden a matar una pequeña culebrita que se mueve en un patio o a un sapo que salta en la sala de una casa?
¿Por qué en nuestro País matamos a las pequeñas aves y en otros países las protegen?
¿Por qué hay un desorden mayúsculo en el tránsito en la República Dominicana?
¿Por qué nuestros pueblos y ciudades están llenos de basura hasta la coronilla?
Un sistema educativo eficiente y bien estructurado es la respuesta correcta a estas inquietudes.
El autor es Licenciado en Educación de la UASD, M.A.
Para contactos: elegidoprimero@hotmail.com