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viernes, 13 de septiembre de 2013

OPINION: Alcaparras... y ahora chinolas

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POR LITO SANTANA

Mientras corría por las redes el tema de las alcaparras en Neiba, producto al que dediqué la pasada columna, un grupo de productores de la zona me envió mensajes de felicitación por la forma como traté este elemento.

 Pero de inmediato varios sureños me enmendaron la plana para que me refiera a otro proyecto que recorre la zona y que, según ellos, tiene igual ventaja para la zona. Se trata del cultivo de la Chinola Aggrado.

De la mano del experto en hidrología y productor empedernido Jesús Medina, la provincia Baoruco trabaja en esta apuesta que puede impactar de gran manera la economía.

Esta gente ha estudiado que con apenas 30 tareas sembradas de chinola, con buen seguimiento y asesoría técnica, un agricultor puede mejorar definitivamente  sus condiciones de vida.

 Bajo este influjo se han desarrollado importantes jornadas y ya tienen una asociación que con la asesoría de Medina busca mercado en Europa y Asia, donde esta fruta se tiene como de lo mejor por su uso en bebidas frescas y medicinales.

En esos trabajos andan Carlos Terrero, en Tamayo, Gregory Medida (Wilson) en Postrer Río y David Yuli, síndico de Batey Ocho. Se habla de que los beneficios son reales, de que la inversión no es muy costosa y que la región sur, en especial esa zona de Baoruco tiene potencialidades de más para su cultivo. Parece un contrasentido, pues otrora se cuestionaba la calidad de los suelos de esa zona y muchas personas asociaban la pobreza de la comarca a este factor de la naturaleza.

Pero con el paso del tiempo se va desmitificando esta creencia. Nadie duda que Neiba es la principal productora de uva del país, sus lomas cultivan un sabroso café y ahora se agregan los potenciales cultivos de alcaparras y chinolas.

En todos los casos sólo hay una gran duda, la ayuda gubernamental. Los vinicultores y cafetaleros se viven quejando de la falta de apoyo a sus iniciativas y, en el caso de las chinolas y las alcaparras, su producción dependerá del financiamiento estatal que debe focalizar sus fondos en la producción.

En Baoruco el entusiasmo brota por doquier, sólo falta oxígeno oficial para recuperar al paciente.