POR JOSE ANTONIO MATOS
Artículo enviado a ECOS DEL SUR.
Bastante diferente a las temporadas de huracanes de los años anteriores mas recientes, sobre todo, a las de los años 2010, 2011 y 2012, que son partes de los años húmedos en que discurren nuestros días terrenales, en que el denominado fenómeno “La Niña” ha acrecentado todos los acuíferos, sobre todo, desde los años 2007 a la fecha, va terminando la temporada ciclónica actual, la cual culmina el día 30 del presente mes.
Hay que recordar, que la temporada ciclónica 2010, que tubo actividad bastante abundante, a punto tal, que junto al huracán Tomás, que solo sus lluvias y los desfogues de las presas de San Juan (Sabaneta y Sabana Yegua), crecieron el lago Enriquillo un metro vertical en tan solo 11 días, que en esa temporada, en tan solo 200 días y el paso de tres fenómenos atmosféricos, llegaron al mismo, adicionalmente de esas fuentes, más de 3700 millones de metros cúbicos.
Justo es recordar también, que para la temporada ciclónica 2011, el lago Enriquillo en una sumatoria para todo el año, de 155 centímetros verticales, teniendo una decrecida en principio de año, de 25 centímetros, para establecer como verdadero crecimiento atribuido a la temporada ciclónica, 180 centímetros verticales.
La temporada 2012, tubo un comportamiento excesivo también, cuando a pesar de que el lago decreció 19 centímetros verticales en los primeros meses del año, hasta que el 23 de agosto 2012, hizo su aparición en el país la tormenta Isaac, para crecer el lago, 38 centímetros en 13 días, para seguir una alzada de nivel, en todo el final de año y principio del 2013, cuando hizo su entrada a la nación la tormenta Sandy, la cual creció el lago en 52 centímetros en 15 días, terminando el año 2012 con un saldo de 122 centímetros verticales, correspondiente a una crecida total para le temporada ciclónica, de 141 centímetros.
En cambio la temporada actual ha brindado poca agresividad, teniendo el Enriquillo una crecida de 22 centímetros en lo que va de año, computado hasta el 26 de noviembre pasado, brillando en el momento, una toma de acciones moderadas por parte del INDRHI, en la que diferente al pasado año, cuando desfogaron la presa de Sabana Yegua, en plena temporada ciclónica y presente en ese momento, la temporada de invierno, la cual hace propenso al crecimiento, al lago Enriquillo, por la disminución de la evaporación, única fuente de descarga del mismo.
Hemos tenido bastante benevolencia en lo que va de año y esperamos que así termine, llegando las lluvias necesarias para el desenvolvimiento de la vida, hemos tenido ya el anuncio de la restauración del caño Lucas y su compuerta, para la regularización del sistema de abastecimiento de aguas del Yaque del Sur y sus afluentes, entre ellos, el importante río San Juan, a la laguna Rincón, con su destino final, el lago Enriquillo, también observamos con beneplácito la rehabilitación del fundamental aliviadero de Canoa y con tristeza su detención, que aunque esta temporada ha sido indulgente, no debemos confiar, por tanto el restablecimiento del sistema de derivación por el vertedero de Canoa es la solución y preludio fundamental para la irrenunciable presa de Monte Grande (Maná Grande).
Hay que recordar, que la temporada ciclónica 2010, que tubo actividad bastante abundante, a punto tal, que junto al huracán Tomás, que solo sus lluvias y los desfogues de las presas de San Juan (Sabaneta y Sabana Yegua), crecieron el lago Enriquillo un metro vertical en tan solo 11 días, que en esa temporada, en tan solo 200 días y el paso de tres fenómenos atmosféricos, llegaron al mismo, adicionalmente de esas fuentes, más de 3700 millones de metros cúbicos.
Justo es recordar también, que para la temporada ciclónica 2011, el lago Enriquillo en una sumatoria para todo el año, de 155 centímetros verticales, teniendo una decrecida en principio de año, de 25 centímetros, para establecer como verdadero crecimiento atribuido a la temporada ciclónica, 180 centímetros verticales.
La temporada 2012, tubo un comportamiento excesivo también, cuando a pesar de que el lago decreció 19 centímetros verticales en los primeros meses del año, hasta que el 23 de agosto 2012, hizo su aparición en el país la tormenta Isaac, para crecer el lago, 38 centímetros en 13 días, para seguir una alzada de nivel, en todo el final de año y principio del 2013, cuando hizo su entrada a la nación la tormenta Sandy, la cual creció el lago en 52 centímetros en 15 días, terminando el año 2012 con un saldo de 122 centímetros verticales, correspondiente a una crecida total para le temporada ciclónica, de 141 centímetros.
En cambio la temporada actual ha brindado poca agresividad, teniendo el Enriquillo una crecida de 22 centímetros en lo que va de año, computado hasta el 26 de noviembre pasado, brillando en el momento, una toma de acciones moderadas por parte del INDRHI, en la que diferente al pasado año, cuando desfogaron la presa de Sabana Yegua, en plena temporada ciclónica y presente en ese momento, la temporada de invierno, la cual hace propenso al crecimiento, al lago Enriquillo, por la disminución de la evaporación, única fuente de descarga del mismo.
Hemos tenido bastante benevolencia en lo que va de año y esperamos que así termine, llegando las lluvias necesarias para el desenvolvimiento de la vida, hemos tenido ya el anuncio de la restauración del caño Lucas y su compuerta, para la regularización del sistema de abastecimiento de aguas del Yaque del Sur y sus afluentes, entre ellos, el importante río San Juan, a la laguna Rincón, con su destino final, el lago Enriquillo, también observamos con beneplácito la rehabilitación del fundamental aliviadero de Canoa y con tristeza su detención, que aunque esta temporada ha sido indulgente, no debemos confiar, por tanto el restablecimiento del sistema de derivación por el vertedero de Canoa es la solución y preludio fundamental para la irrenunciable presa de Monte Grande (Maná Grande).