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lunes, 28 de abril de 2014

OPINION: Relatos del coronel Matos Rocha de la revolución del 1965 y Neiba (y III)

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POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.
Para ECOS DEL SUR.

El 28 de abril del 1965, día como hoy, pero martes, hacen 49 años,  el mayor fuerza aérea dominicana, Marmolejo ,  comandante de Barahona, insiste en llamadas al coronel ejercito nacional Caonabo Fernández, comandante de la  fortaleza Cambronal de Neiba, el cual le contesta cada vez, con el mismo estoicismo,  que no, que la revolución no es comunista, que no está infiltrada por los comunistas y que no varía su apoyo al movimiento constitucionalista, a lo que Marmolejo le contestó finalmente que iba a mandar a bombardear la fortaleza de inmediato con sus avionetas.

Cuando el mayor Marmolejo hace las amenazas,  ya la invasión norteamericana había llegado a dominicana, con 42 mil marines, en la fortaleza de Neiba no se sabía todavía, el coronel, que comandaba  la fortaleza, con el capitán Martín de los Santos Florentino, el teniente Gonzalo Canahuate y el primer  teniente  Piñeiro (fungía como sub.-comandante con el capitán), el teniente Pérez (oriundo de Duvergé), además del médico, primer teniente González, oriundo de San Cristóbal,   les dice  que estén observando al cielo, y cualquiera que vea un avión, de la voz de alarma, que se  refugien en los platanares que están al frente, detrás del campo de aviación, para que si bombardean la fortaleza lo hagan vacía.

Es importante resaltar que al propagarse en la comunidad de Neiba, que de Barahona se pretendía bombardear la fortaleza de Neiba, un importante grupo de mujeres entre las que se encontraba doña Juana García, esposa del teniente Matos, con sintomatología de aborto,  se presentaron en los alrededores de la fortaleza con intenciones de sacrificio para evitar el bombardeo.

Importante también es destacar en esta parte de la historia, que el día 25 de abril 1965, el coronel Caonabo Fernández llama al segundo teniente Matos Rocha, antes de las cinco de la mañana, a buscar al senador derrocado de la constitución del 1963, don Néstor Matos, padre del teniente y de quien suscribe, dicho senador, llamado y contactado en su habitación, por mi madre doña Bertha Peña, se presenta a la fortaleza ante el referido coronel, éste le dice, ¡usted vuelve a ser senador!, este movimiento lo va a llevar de nuevo, ¿usted tiene armas?, ¡no señor!, ¡ah!, pues, ¡tenga este revólver!, un calibre 38 de cinco balas, busque a los dos diputados y avísele al senador de independencia, váyanse a Santo Domingo, así lo hizo el senador, estuvo en palacio cuando se hicieron los primeros tiroteos, participó en la asamblea nacional que proclamó al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó presidente constitucional de la república Dominicana y duró allá todo el conflicto bélico, durante 4 meses y  22 días.

Al siguiente día, el 27 de abril del 1965, se presentaron al la fortaleza de Neiba, unos 25, 30 ó 40 jóvenes de Neiba, entre los que figuraba Gerin, Yayo, Rafael Matos (Tatata), Nancy, Chemín, Ney Candé, Egiptor, etcétera, reclamando que la guardia le entregue las armas al pueblo, el coronel les explicó que no, que eso no podía ser así, que tengan calma, los jóvenes le alegaban que ya en la capital se las habían entregado al pueblo, le concluyó que no que no se podía.

Estando el teniente Matos Rocha, con su ametralladora al hombro, el día 28 de abril 1965, con  la amenaza de Bombardeo,  sentado frente a prevención, ve dos puntos brillantes en los cielos y llama al oficial del día y se lo informa, éste ordena el toque de cornetas para que se ejecute la orden superior, el toque de corneta era toque de guerra y el dentista Matos pasa de inmediato la alambrada, tal y como se había ordenado,  del campo de aviación y al pasarlo mira hacia atrás y ve que va solo, los demás militares, todos incluido sus superiores, corrían hacia los platanares del el sur, es decir, atrás de la fortaleza, no al frente y se devuelve a concentrarse junto a los demás.

Protegidos por los platanares, lógicamente, de la visión, al pasar las avionetas sobre ellos, sonó un tiro de entre los refugiados y acto seguido, sonó la siguiente exclamación, ¡hay mamá, tu que me dijiste que no me enganchara a la guardia!...

Nos narra el hoy coronel Néstor Matos Rocha, que en formación militar y revisión de las armas se descubrió que el militar al que al parecer de nervios se le zafó el disparo, era un raso oriundo de Duvergé y el autos de la exclamación, jamás se supo quien fue…continuará con otra entrega, ya que el espacio no me ha sido suficiente.