SAN JUAN DE LA MAGUANA. El abastecimiento de agua potable, para el regadío y hasta para dar de beber a los animales, está generando serias preocupaciones entre las autoridades de instituciones agropecuarias oficiales, de productores agrícolas y del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa), debido a la prolongada sequía que desde hace meses se registra en esta provincia y en Elías Piña.
Debido a que muchos agricultores, pese a la advertencia de la carencia de agua, y en oposición a la Junta de Regantes del Valle de San Juan y del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), han sembrado fuera de época miles de tareas de arroz, un producto que demanda agua permanente.
Debido a que muchos agricultores, pese a la advertencia de la carencia de agua, y en oposición a la Junta de Regantes del Valle de San Juan y del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), han sembrado fuera de época miles de tareas de arroz, un producto que demanda agua permanente.
Con el agua potable la situación no puede ser peor, decenas de familias residentes en sectores periféricos y en los edificios de apartamentos de la avenida de circunvalación Monseñor Thomas F. Reilly, confrontan cada día serios problemas para su desenvolvimiento debido a la baja presión del agua por las cañerías.
De su lado, la encargada de Inapa en esta ciudad, ingeniera Yara Féliz, admite que en estos momentos producto de la sequía la institución confronta problemas para suministrar agua en cantidad suficiente y permanente, y se queja por la gran cantidad de lavaderos de vehículos ilegales diseminados en todo el casco urbano de aquí.
De su lado, la encargada de Inapa en esta ciudad, ingeniera Yara Féliz, admite que en estos momentos producto de la sequía la institución confronta problemas para suministrar agua en cantidad suficiente y permanente, y se queja por la gran cantidad de lavaderos de vehículos ilegales diseminados en todo el casco urbano de aquí.
Féliz afirmó que cuando técnicos del organismo oficial se presentan a clausurar esos lavaderos que desperdician miles de galones de agua al día, sus propietarios alegan “ser padres de familia, y que si se les prohíbe esa actividad se dedicarán a la venta de drogas para sobrevivir”.
