POR ECOS DEL SUR.
BARAHONA (lunes 25 de noviembre de 1974).- Familiares de dos obreros que guardan prisión en la cárcel pública de esta ciudad están preparando actos de brujerías en los campos de San Juan de la Maguana, con la finalidad de “destruir” a dos corresponsales periodísticos de aquí que se hicieron eco de las declaraciones hechas por el coronel policial, quien anunció el desmantelamiento de una supuesta banda de atracadores.
Por los visto, los hombres de la prensa deberán sumar un nuevo ingrediente en su contra: los brujos.
Resulta que los familiares de los identificados, como Tepen Cornielle y Báez Cornielle culpan a los periodistas Luis López Méndez y Juan Francisco Matos Espinosa de ser los culpables de las detenciones de sus parientes.
Una fuente confiable reveló que tanto la madre de los detenidos, así como sus respectivas esposas, han visitado en varias oportunidades zonas rurales de San Juan de la Maguana en procura de brujos que hagan el trabajo “destructivo”, pese a las declaraciones que personalmente han hecho los reporteros a los indicados parientes.
BARAHONA (lunes 25 de noviembre de 1974).- Familiares de dos obreros que guardan prisión en la cárcel pública de esta ciudad están preparando actos de brujerías en los campos de San Juan de la Maguana, con la finalidad de “destruir” a dos corresponsales periodísticos de aquí que se hicieron eco de las declaraciones hechas por el coronel policial, quien anunció el desmantelamiento de una supuesta banda de atracadores.
Por los visto, los hombres de la prensa deberán sumar un nuevo ingrediente en su contra: los brujos.
Resulta que los familiares de los identificados, como Tepen Cornielle y Báez Cornielle culpan a los periodistas Luis López Méndez y Juan Francisco Matos Espinosa de ser los culpables de las detenciones de sus parientes.
Una fuente confiable reveló que tanto la madre de los detenidos, así como sus respectivas esposas, han visitado en varias oportunidades zonas rurales de San Juan de la Maguana en procura de brujos que hagan el trabajo “destructivo”, pese a las declaraciones que personalmente han hecho los reporteros a los indicados parientes.
De acuerdo con las intenciones de los instigadores del maleficio, los corresponsales periodísticos se convertirían en pordioseros callejeros, que sufrirían de males físicos diversos, mediante el trabajo de los numerosos “luases” de la región. Es más, hasta se dijo que un “bacá” encarnado en lechón hará la vida imposible a los reporteros, impregnándolos de malos olores y dándoles mordidas.
De nada han valido las aclaraciones ni las explicaciones que la propia policía ha hecho a los familiares de los acusados.
Se esperan los resultados.
Extraído de Ultima Hora lunes 25 de noviembre de 1974 – Página 26.