POR SANTOS SALVADOR CUEVAS
Para Ecos del Sur
Loma Miranda es una necesidad nacional, por su importancia medio ambiental y por la trascendencia ideológica que ya implica, debe ser convertida en una reserva nacional intocable, como un símbolo a través del cual la nación se ha articulado, en posiciones hasta encontradas, pero cuyo centro es la defensa al medio ambiente.
Ese debate está pendiente y debe incluir y abarcar a todas las fuerzas vivas de la nación, sin dejar de superar la etapa en que unos cuantos se quieren agenciar y auto proclamar como voceros de un movimiento que debe ser global, aglutinante y no propiedad de personas que, con su comportamiento, excluyen al pueblo y se consumen en un discurso que ya no tiene cabida en el siglo 21.
En todo esto hay una falta grave en el Comité Político del PLD, quien en los hechos evidencia que no está administrando con criterios de buena gerencia política la influencia que tiene entre los legisladores; sólo la ausencia de seguimiento a las demandas vitales de la sociedad y la desvinculación de las fuerzas sociales que gravitan, es lo que explica que, por un lado, el Congreso en pleno que controla el PLD asuma a Loma Miranda como Parque Nacional, y por el otro, el presidente de la República, llevado y sustentado por el PLD, asuma una posición diferente.
Es como si cada cual marchara por sus lados y tras objetivos diferentes, sin control ni coordinación alguna.
Si hubieran niveles de supervisión, de líneas trazadas, de espacio para que, al más alto nivel, se coordinan los aspectos de la nación que son macros, si eso existiera, pues las observancias a dicho proyecto de Ley, se hubiesen abordado en el Congreso Nacional, y el país se hubiese evitado ser testigo de acciones violentas, indecentes, irrespetuosas, disfrazadas de patrioteras, en donde unos cuantos enarbolan un discurso radical, hasta haciendo llamados a la desobediencia civil, por que se creen amos y señores de los derechos humanos y ciudadanos, y se lanzan a “la defensa” y el chantaje, sin el más mínimo respeto a la figura presidencial y sus facultades. La voluntad popular le dio poderes y funciones especificas al presidente de la República en las urnas, y esa voluntad, por encima de las pasiones y de las pretensiones radicaloides, debería ser respetada por la nación entera.
El presidente actuó según le ordenó su propia conciencia, pero, al objetar la Ley, lo hizo explicando razones de índole jurídico-político a las cuales nadie ha podido tocar. Rayos y centellas se han dicho contra Danilo Medina, pero no se ven los argumentos jurídicos que le desautoricen.
El debate debe superar la anarquía y el irrespeto.
El debate debe ser reorganizado, nuevos actores y nuevas voces deben integrarse sin excluir a figuras de reconocida tradición de lucha, para que, en aras del interés nacional, retornemos a Loma Miranda, asumiendo y superando las posiciones encontradas, si son justos los argumentos del Poder Ejecutivo y si son justas las demandas sociales, pues vamos armonizar, que el Congreso Nacional enmiende los errores señalados por el presidente y que a la sociedad lleguen las posiciones necesarias, para que no perezca la esperanza de ver a Loma Miranda como Reserva Ecológica de la Nación.
El retorno a Loma Miranda, debe pasar por la superación de la anarquía y la necesidad de que se entienda que este país pertenece a todos, y no es propiedad, ni del Poder Ejecutivo, ni de unos cuantos que aun no entienden que vivimos en la época del Internet y la ínter comunicación.
Apoyamos a Loma Miranda como Reserva Nacional y asumimos en todas sus partes las observaciones hechas por el Poder Ejecutivo