Por FELIX BETANCES
Para Ecos del Sur.
Cuando las inversiones se realizan en los lugares, especialmente con los dineros del pueblo, sin un criterio definido o sea sin valorar que las mismas sean de verdadera necesidad o convencidos de que las mismas vengan a resolver reales problemas o necesidades, ocurre lo que hoy podemos observar con muchas penas, en la Plazoleta Duarte de esta ciudad de Barahona.
Para Ecos del Sur.
Cuando las inversiones se realizan en los lugares, especialmente con los dineros del pueblo, sin un criterio definido o sea sin valorar que las mismas sean de verdadera necesidad o convencidos de que las mismas vengan a resolver reales problemas o necesidades, ocurre lo que hoy podemos observar con muchas penas, en la Plazoleta Duarte de esta ciudad de Barahona.
Esta Plazoleta está ubicada entre el Arco de Triunfo, El Obispado de Barahona y El Sindicato de Choferes de Barahona SINCHOMIBA.
Cuando se inauguró esta obra hace unos años, se convirtió en un punto de atracción con mucha belleza y se entendía que se convertiría en el centro de atracción y esparcimiento de toda la zona; sin embargo, al pasar de los años, la misma, fue abandonada sin darse ninguna explicación al pueblo. ¿Qué bueno es así eh?.
Ese punto, se encuentra al lado de la efigie de la soberana Casandra Damiron, y en contraste con lo que significa este espacio para las decenas de visitantes que vienen a Barahona y que se interesan por conocer algo acerca de este legado cultural, se encuentra convertido en una especie de sanitario público, lleno de inmundicias, (orina, excrementos y otros ) y con un hedor que casi intoxica a quienes allí se acercan.
Esto parece no importarle a nadie, ni a la Alcaldía municipal, ni a Medio Ambiente, ni a Turismo, en fin a nadie.
En el otro extremo, se encuentra la estatua del patricio Juan Pablo Duarte, lugar en donde casi siempre se depositan ofrendas florales y se realizan algunas actividades de carácter social y cabe preguntarse ¿merece este pueblo y sus visitantes tener una letrina putrefacta como ésta, entre dos figuras legendarias y patrióticas como las de Juan Pablo Duarte y Casandra Damiron?.
¿Qué o cuánto cuesta rescatar esa fuente y qué significa para todos los barahoneros, y tomando en cuenta especialmente el lugar en que está ubicado?.
Llamamos la atención de manera urgente a nuestras autoridades para que a la mayor brevedad, resuelvan esa desagradable situación y en caso de que no sea su deseo rescatarla, que por lo menos, la eliminen y construyan ahí aunque sea una pequeña jardinera o que por el contrario, levanten allí un monumento al Limpiabotas.
Cuando se inauguró esta obra hace unos años, se convirtió en un punto de atracción con mucha belleza y se entendía que se convertiría en el centro de atracción y esparcimiento de toda la zona; sin embargo, al pasar de los años, la misma, fue abandonada sin darse ninguna explicación al pueblo. ¿Qué bueno es así eh?.
Ese punto, se encuentra al lado de la efigie de la soberana Casandra Damiron, y en contraste con lo que significa este espacio para las decenas de visitantes que vienen a Barahona y que se interesan por conocer algo acerca de este legado cultural, se encuentra convertido en una especie de sanitario público, lleno de inmundicias, (orina, excrementos y otros ) y con un hedor que casi intoxica a quienes allí se acercan.
Esto parece no importarle a nadie, ni a la Alcaldía municipal, ni a Medio Ambiente, ni a Turismo, en fin a nadie.
En el otro extremo, se encuentra la estatua del patricio Juan Pablo Duarte, lugar en donde casi siempre se depositan ofrendas florales y se realizan algunas actividades de carácter social y cabe preguntarse ¿merece este pueblo y sus visitantes tener una letrina putrefacta como ésta, entre dos figuras legendarias y patrióticas como las de Juan Pablo Duarte y Casandra Damiron?.
¿Qué o cuánto cuesta rescatar esa fuente y qué significa para todos los barahoneros, y tomando en cuenta especialmente el lugar en que está ubicado?.
Llamamos la atención de manera urgente a nuestras autoridades para que a la mayor brevedad, resuelvan esa desagradable situación y en caso de que no sea su deseo rescatarla, que por lo menos, la eliminen y construyan ahí aunque sea una pequeña jardinera o que por el contrario, levanten allí un monumento al Limpiabotas.