POR ALEJANDRO SANTANA
Leer un buen libro dejó de ser el pasatiempo de muchos, ver una telenovela, también dejo de ser el entretenimiento preferido de muchos, ir de paseo a un campo donde reine el verdor ya no significa nada para muchos.
Escribir poemas de amor, destacar la belleza del paisaje, degustar del verde de mar, el azul del inmenso cielo, es cosa del pasado.
Hemos cambiado, el canto de un ruiseñor ya no nos enternece, el sufrimiento de otros no nos importa, porque hemos cambiado, dejamos de ser sensibles.
Leer un buen libro dejó de ser el pasatiempo de muchos, ver una telenovela, también dejo de ser el entretenimiento preferido de muchos, ir de paseo a un campo donde reine el verdor ya no significa nada para muchos.
Escribir poemas de amor, destacar la belleza del paisaje, degustar del verde de mar, el azul del inmenso cielo, es cosa del pasado.
Hemos cambiado, el canto de un ruiseñor ya no nos enternece, el sufrimiento de otros no nos importa, porque hemos cambiado, dejamos de ser sensibles.
Hemos cambiado, sólo nos importan nuestras cosas, ya no nos preocupan las cosas nobles y hasta la pasamos por alto, pero dimensionamos las cosas que hacen daño a la sociedad.
Practicamos el morbo en las redes sociales, porque al fin y al cabo ahí van a parar nuestras preocupaciones, entramos varias veces al día a ese mundo de telarañas donde gente sin cerebro dejan sentir sus frustraciones.
Andamos perdidos, vemos a una joven dando cerveza a su cría de ocho meses.
Vemos a un loco apuntando a la cabeza a un niño, vemos a otra descerebrada fumando en una juca y dando de fumar a su cría también.
Vemos la acción criminal de un joven resentido con la sociedad intentando agredir a muchos en el metro, vemos como se dimensiona el que un enajenado ande desnudo por las calles.
Esas cosas que son perversidades nos alegran y las etiquetamos una y otra vez dimensionando esas manifestaciones alocadas y falta de principios.
Hemos cambiado, en otros tiempos cuando los hombres eran otros y los principios morales y éticos importaban, buscábamos a la joven que da cerveza a la criatura y le dábamos consejos.
