POR JOSE ALCANTARA
Es así como Oscar Santana Figuereo, a través de un familiar de apellido Peláez, miembro del Partido Reformista, el partido del gobierno, logra obtener un empleo en las instalaciones del Ingenio Barahona con turno rotativo, lo que le obligaba muchas veces a ir a trabajar en horas de las madrugadas. Fruto de sus pronunciamientos en contra del gobierno, Oscar tomó la decisión de dejar el trabajo en el Ingenio Barahona, debido a que había sido amenazado por algunos miembros de la organización paramilitar “Los Incontrolables”
Oscar se marcha, pero como se acostumbraba en ese tiempo, deja a su hermano Lauro Santana Figuereo (alias Chacho) en el mismo lugar donde el desempeñaba sus labores en las instalaciones del Ingenio Barahona. Son las mismas condiciones de trabajo, la misma rutina. Todas las semanas se les cambiaba el horario de trabajo y el joven del Parque de los Suero, con su residencia en la calle Duarte, cumplía con su deber sin ningún contratiempo. No sabía que estaba siendo vigilado por fuerzas oscuras, mucho menos sabía que estaba siendo confundido con su hermano.-
Una noche del mes de noviembre del año 1966, sale de su casa, ubicada en la calle Duarte, al lado de la Iglesia de la Cruz Roja, camina por todo el Centro del Parque de los Suero, toma la Calle Candelario de la Rosa y en esa misma dirección atraviesa de forma perpendicular las Calles las Carreras, la Mella, la Sánchez y al llegar a la calle Nuestra Señora del Rosario con Candelario de la Rosa es sorprendido.
Dos hombres, armado le mandan el alto, el decide huir, sabe que en la casa del frente donde le fue ordenado detenerse, vive uno de los mayores dirigente reformista y que ya antes había sido señalado como uno de los supuestos jefe de los incontrolables en Barahona, el señor Ramón Augusto Suero (Negro). Mientras corre, suenan varios disparos, pero él sigue su marcha apresurada, sabía que detenerse significaba la muerte.
Atraviesa la calle, y toma la acera del frente de la casa de Negro Suero. Los incontrolables le siguen disparando. Corre, corre, pero de repente cae Chacho alcanzado por una lluvia de balas Está tirado en la acera, sus asesinos se acercan, y ahí mismo le disparan dos veces en la cabeza, haciéndole brotar la masa encefálica y parte de ella quedo allí regada alrededor de su cráneo. Los asesinos se van corriendo en la dirección hacia el parque central y por ahí desaparecen en un vehículo que los esperaba.
En esa mañana del 14 de noviembre del año 1966, cientos de Barahoneros al recibir la noticia, fueron corriendo a observar el cadáver, que tirado en el pavimento, exhibía un charco de sangre que recorría parte del contén de la acera frente a la casa del señor Negro Suero. Los gritos de dolor e impotencia salían de las expresiones de las personas que fueron a mirar el cuerpo sin vida del joven asesinado
De esa forma los incontrolables seguían asesinando jóvenes sin importan si estos eran o no revolucionarios. De ese asesinato, el pueblo acuso a los hermanos Carlos y Dolores Batista. Hasta ahora no se ha conocido el nombre de otros cómplices Se debe decir que los sangrientos gobiernos de los 12 años fue una etapa que se identificó por la miseria, el hambre, la represión y la violación a los derechos humanos, por parte del régimen asesino de Balaguer.
Es así como Oscar Santana Figuereo, a través de un familiar de apellido Peláez, miembro del Partido Reformista, el partido del gobierno, logra obtener un empleo en las instalaciones del Ingenio Barahona con turno rotativo, lo que le obligaba muchas veces a ir a trabajar en horas de las madrugadas. Fruto de sus pronunciamientos en contra del gobierno, Oscar tomó la decisión de dejar el trabajo en el Ingenio Barahona, debido a que había sido amenazado por algunos miembros de la organización paramilitar “Los Incontrolables”
Oscar se marcha, pero como se acostumbraba en ese tiempo, deja a su hermano Lauro Santana Figuereo (alias Chacho) en el mismo lugar donde el desempeñaba sus labores en las instalaciones del Ingenio Barahona. Son las mismas condiciones de trabajo, la misma rutina. Todas las semanas se les cambiaba el horario de trabajo y el joven del Parque de los Suero, con su residencia en la calle Duarte, cumplía con su deber sin ningún contratiempo. No sabía que estaba siendo vigilado por fuerzas oscuras, mucho menos sabía que estaba siendo confundido con su hermano.-
Una noche del mes de noviembre del año 1966, sale de su casa, ubicada en la calle Duarte, al lado de la Iglesia de la Cruz Roja, camina por todo el Centro del Parque de los Suero, toma la Calle Candelario de la Rosa y en esa misma dirección atraviesa de forma perpendicular las Calles las Carreras, la Mella, la Sánchez y al llegar a la calle Nuestra Señora del Rosario con Candelario de la Rosa es sorprendido.
Dos hombres, armado le mandan el alto, el decide huir, sabe que en la casa del frente donde le fue ordenado detenerse, vive uno de los mayores dirigente reformista y que ya antes había sido señalado como uno de los supuestos jefe de los incontrolables en Barahona, el señor Ramón Augusto Suero (Negro). Mientras corre, suenan varios disparos, pero él sigue su marcha apresurada, sabía que detenerse significaba la muerte.
Atraviesa la calle, y toma la acera del frente de la casa de Negro Suero. Los incontrolables le siguen disparando. Corre, corre, pero de repente cae Chacho alcanzado por una lluvia de balas Está tirado en la acera, sus asesinos se acercan, y ahí mismo le disparan dos veces en la cabeza, haciéndole brotar la masa encefálica y parte de ella quedo allí regada alrededor de su cráneo. Los asesinos se van corriendo en la dirección hacia el parque central y por ahí desaparecen en un vehículo que los esperaba.
En esa mañana del 14 de noviembre del año 1966, cientos de Barahoneros al recibir la noticia, fueron corriendo a observar el cadáver, que tirado en el pavimento, exhibía un charco de sangre que recorría parte del contén de la acera frente a la casa del señor Negro Suero. Los gritos de dolor e impotencia salían de las expresiones de las personas que fueron a mirar el cuerpo sin vida del joven asesinado
De esa forma los incontrolables seguían asesinando jóvenes sin importan si estos eran o no revolucionarios. De ese asesinato, el pueblo acuso a los hermanos Carlos y Dolores Batista. Hasta ahora no se ha conocido el nombre de otros cómplices Se debe decir que los sangrientos gobiernos de los 12 años fue una etapa que se identificó por la miseria, el hambre, la represión y la violación a los derechos humanos, por parte del régimen asesino de Balaguer.