POR ALEJANDRO SANTANA
Las noticias de agresiones, de muertes extrañas en los hoteles de nuestros destinos turísticos están despertando la alarma generalizada, no sólo de nosotros los dominicanos sino también de extranjeros, que vienen, han venido o están por venir.
No es para menos,aunque las autoridades digan que cualquiera se muere de repente y es posible que tengan razones de sobra para argüir esas realidad.
Las muertes extrañas, las agresiones frecuentes que sufren, turistas que vienen a nuestro destino a vacacional, está generando !preocupación colectiva!. Y es más preocupante, porque de esas agresiones y muertes, nos enteramos por medios Internacionales, cuando los turistas o familiares lo denuncian en sus lugares de destino. Y nuestras autoridades solo hablan del asunto cuando los medios, las redes sociales, lo dan a conocer y ese silencio es preocupante, parque vemos que la realidad se quiere siempre esconder,!para no hacer daño al país!.
Pero el verdadero daño lo hacemos cuando hechos relevantes son ocultados o pretendemos minimizarlos en momentos en que las redes sociales, son una realidad y que sus operadores viven constantemente hurgando sobre hechos escandalosos.
Que alguien muera, es normal, la gente muere, pero cuando las muertes están matizadas por causas raras hay que salir a investigar y esclarecer las verdaderas razones antes que minimizarlas y en ocasiones esconderlas.
En este mundo globalizado ya eso es imposible, no importa el lugar recóndito donde ocurran los hechos siempre habrá las redes sociales para destacarlos.
Desde que la vida es tal, la gente muere y es normal, pero dentro de esa normalidad cuando en una comunidad mueren personas constantemente y de manera rara la alarma se activa y eso es lo que está pasando en esos destinos turísticos. ¿Por qué ocultar la verdad si esta siempre saldrá a flote? ¿ por qué darnos respuestas de tontos cuando estos hechos salen a flote?.
En el caso de la turista golpeada salvajemente, el caso salió a relucir porque la prensa internacional lo destacó, en momentos en que el hotel turístico donde ocurrió lo mantenia oculto, y peor aún, cuando la prensa local se enteró, nunca recibió aclaración de los operadores de ese centro, pese a que se trató de indagar.
A nuestras autoridades hay que recordarles que ellos tienen jurisdicción nacional, que no hay destinos blindados y que para transparencia, los hechos ocurridos deben ser notificados debidamente, sin importar lo que ellos aporten al fisco.
Ojalá estos sean los últimos hechos de muertes y de acciones raras que se produzcan en esos destinos turísticos, para bien del país, porque seguir de escándalos en escándalos y de ocultamiento en ocultamiento, solo nos hará daño.
La verdad debe ser la temática para bien y tranquilidad de todos.
