Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a un encuentro organizado por el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo (MEPyD), coordinado por la Gobernación Provincial y la Alcaldía Municipal de Barahona, realizado en el Auditorio Antonio Méndez de la UASD.
Alcaldes, directores de juntas distritales, directores, administradores de instituciones públicas, representantes policiales y militares, directivos de gremios profesionales y comunitarios, además de otras personalidades estuvieron presentes.
Varios de los organizadores, incluidos los del MEPy, se refirieron a la conformación del Consejo de Desarrollo Provincial de Barahona, las entidades que lo integran, sus funciones, la ley que lo regula y su importancia para la gobernanza de las municipalidades.
Allí se expresó con mucha insistencia sobre la necesidad de generar un plan unificado de necesidades, de prioridades de los municipios y distritos, elaborado a partir de un levantamiento de informaciones, en donde se plasmen las obras a ejecutar por el gobierno central.
Se hablaba con mucha insistencia “de algo que no se había hecho en gestiones anteriores”, lo novedoso del "del cambio", que implicaba por primera vez “tener las necesidades de obras con sus presupuestos para que el Gobierno Central se rija por el mismo”, procurando que cada institución "no hiciera lo que le venga en ganas".
Y lo peor es que allí había múltiples representantes del pasado gobierno del presidente Danilo Medina Sánchez, que laboraron junto al exgobernador Pedro Peña Rubio en intensas jornadas de trabajos para lograr lo que en ese escenario se estaba planteando “como un logro de la gestión que encabeza el presidente Abinader".
No, no señores del MEPyD, Gobernación y Alcaldía. Eso ya se hizo, hay evidencias de esos trabajos y toda una historia plasmada en el denominado y otrora PLANBA (Plan de Desarrollo de Barahona).
Técnicos destacados de esta provincia, con el apoyo de pasados funcionarios del citado ministerio trabajaron en eso durante mucho tiempo. Todo lo que planteaban está escrito y sus actores están vivos, y son testimonios de lo estoy escribiendo.
Hagan, trabajen, y lo aplaudimos. Pero reconociendo primero lo que se ha hecho con mucha dedicación, esfuerzo, tiempo, sacrificio y capacidad técnica profesional.
