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viernes, 15 de abril de 2022

Iglesia advierte sobre el abuso de las drogas, alcohol, medicamentos y música estruendosa

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SANTO DOMINGO: En la quinta palabra, el monseñor Ramón Benito Ángeles, advirtió a la población sobre el uso excesivo de las drogas, medicamentos recetados, música estruendosa así como el baile descontrolado  para encontrar la felicidad.

“Nuestro país vive momentos amargos donde muchos desean escapar de la realidad, por eso tantas personas abusan del alcohol, de las drogas ilegales y de los medicamentos recetados. Están buscando medicina que cure el alma y la están buscando en lugares equivocados. Buscan en la música estruendosa, en el baile descontrolado y en el vacilón la felicidad, que no encuentran en sus vidas diarias", expresó Benito Ángeles.

Agregó que: "Hay personas que buscan en la iglesia un escape para su problema, quieren una adoración que les ayude a desconectarse del mundo no una que les ayude a confrontar las situaciones difíciles en el momento y en el nombre del señor".

Además, manifestó que la figura de Jesús está dispuesta a brindar el amor y la verdadera felicidad, para encontrar el camino pleno de la vida.

"Jesús tenia sigue teniendo sed de amor y sed de respuestas  propio del corazón humano, la sed de amor y sed de respuestas,  es propio del corazón humano la sed de amor, no somos felices mientras alguien no nos ame en  profundidad", indicó.

Añadió que "a Jesús le sucede lo mismo, el quiere nuestro amor, nuestro si, no porque el lo necesite sino porque quiere regalar el gran don divino, y es el de participar el mismo amor de Dios, uno y trino,  Jesús tiene sed de que recobremos nuestra verdadera libertad y dignidad".

De igual manera, expresó que  el amor Cristo en ocasiones es respondido con desprecio por parte delas personas que aman mas el dinero, el placer, las almas y la comodidad, la vida de apariencia, y del apego de lo material

"Hemos abandonado la fuente de la verdadera vida para ir a beber a aljibes que no tienen agua o solo agua estancadas. Cristo tiene sed de nuestra conversión sincera, de que nuestro testimonio deje huellas de amor y de perdón. Y somos nosotros que tenemos sed de Dios y de su amor verdadero. Y es Cristo que nos da de beber, solo el nos sacia", concluyó.