Nadie quiere ser engañado y probablemente muy pocos sean capaces de admitir que no temer a ser infieles. De todas maneras, es algo que despierta curiosidad y, a continuación, te vamos a revelar varios datos interesantes al respecto.
¿Qué tan común es ser infiel?
Por las historias que nos cuenta la gente, o lo que vemos en la televisión o en el cine, seguramente creerás que todo el mundo ha cometido alguna infidelidad, sin embargo, esto es más relativo, un estudio de 2021 publicado en el portal Statista demostró que alrededor del 21% de sus encuestados (todos estadounidenses) admitieron haber engañado a alguna pareja, ya sea la actual o alguna del pasado.
Sin embargo, esto hay que tomarlo con cuidado, pues diversos análisis han manifestado que uno de los países con mayor número de infieles es Francia, pero indagando más profundamente la verdad es que lo que sucede es que los franceses están más dispuestos a confesarlo.
¿Por qué la gente es infiel?
Tengamos presente que cada pareja es su propio universo, entonces los motivos son muy de contexto. Pero, para tener una guía, también en 2021 se realizó otro estudio publicado en el portal Scientific American, respaldado por una universidad estadounidense, la muestra fue de 495 personas y a partir de quienes confesaron infidelidad se hizo un análisis que permitió obtener ocho razones principales: ira, autoestima, falta de amor, bajo nivel de compromiso, necesidad de conocer otras personas, deseo sexual, negligencia en la pareja o alguna situación específica. Un tercio de los entrevistados admitieron haber engañado a su pareja, además, otro dato interesante: las mujeres son más abiertas a confesar en comparación a los hombres.
¿El que la hace la vuelve a hacer?
Muchos creen que el que fue infiel siempre será así, para ver qué tan cierto es esto, en 2017 se presentó un estudio, que pertenece al texto ‘Archives of Sexual Behavior’ (Archivos del comportamiento sexual), mencionó que quienes habían tenido relaciones sexuales con alguien que no era su pareja eran tres veces más propensos a seguir este comportamiento en una relación futura, en comparación a quienes nunca lo hicieron. La gente cambia, pero no siempre.
