BUSCAR EN NUESTRA PAGINA

Header Ads

domingo, 6 de julio de 2025

Infidelidad: por qué no deberíamos perdonar a la persona infiel

0 comments
Por Elizabeth Mora

La infidelidad es una de las traiciones más dolorosas que se pueden experimentar dentro de una relación. Rompe la confianza, fractura la conexión emocional y deja cicatrices que no siempre se ven, pero que se sienten en lo más profundo del ser. Muchas veces, ante el dolor y la confusión, nos preguntamos si debemos perdonar… y la respuesta no siempre es fácil. Sin embargo, en este artículo quiero reflexionar sobre por qué no deberíamos perdonar a la persona infiel, especialmente cuando el engaño revela verdades más grandes sobre lo que merecemos.

1. La infidelidad no es un accidente, es una elección

Nadie "cae" en una infidelidad. Implica una serie de decisiones conscientes: enviar ese mensaje, responder a esa invitación, cruzar ese límite. Perdonar a quien traiciona de forma voluntaria puede ser el primer paso para normalizar la deslealtad y justificar lo injustificable. ¿Realmente mereces estar con alguien que te elige por momentos, pero no por convicción?

2. Rompe la base fundamental de cualquier relación: la confianza

La confianza no se compra ni se recupera con palabras. Una vez rota, se convierte en un campo minado de inseguridades, sospechas y ansiedad. ¿Podrás volver a dormir tranquila? ¿Volverás a sentirte suficiente? La duda permanente puede convertirse en un veneno lento para tu salud mental y emocional.

3. Perdonar no siempre significa sanar

Nos enseñan que el perdón es una virtud, pero a veces se convierte en una carga disfrazada. Perdonar demasiado rápido puede invalidar tu dolor y evitar que proceses lo que realmente sientes. En algunos casos, el perdón se convierte en una excusa para seguir en una relación que ya no tiene vida, por miedo a la soledad o a empezar de nuevo.

4. Te mereces amor leal, no migajas de afecto

Aceptar a una persona infiel puede enviarle el mensaje de que sus acciones no tienen consecuencias reales. Esto abre la puerta a un ciclo de engaños disfrazados de arrepentimientos. ¿Por qué conformarte con alguien que te hiere, cuando podrías abrir espacio para alguien que te valore de verdad?

5. Tu amor propio debe ser prioridad

Perdonar a quien traicionó tu confianza puede dejarte atrapada en una relación desequilibrada, donde tú das más de lo que recibes. Elegir no perdonar no te hace rencorosa, te hace consciente de tu valor. Elegir marcharte no es debilidad, es una declaración de amor propio.

Cada historia es única, pero hay una verdad universal: el amor no debería doler de esa forma. No deberías tener que luchar por la fidelidad, ni hacer malabares emocionales para mantener una relación que se tambalea por las decisiones del otro.

No perdonar a una persona infiel no significa que seas cruel, sino que reconoces que mereces respeto, compromiso y lealtad. La verdadera sanación no siempre llega con el perdón… a veces llega con el cierre, la distancia y la valentía de comenzar de nuevo.

¿Cuándo sí perdonar una infidelidad?

Hablar de perdón después de una infidelidad es caminar sobre un terreno sensible. No hay respuestas absolutas, ni caminos rectos. Pero en medio del dolor, la confusión y las grietas emocionales, hay casos en los que el perdón no solo es posible, sino también transformador.

Perdonar no siempre significa volver. Perdonar no siempre implica continuar. A veces, el perdón es un acto íntimo que libera el alma del peso del rencor. Sin embargo, hay ocasiones en las que sí vale la pena dar una segunda oportunidad, y aquí te invito a reflexionar sobre cuándo ese perdón puede tener sentido:

1. Cuando hay un arrepentimiento genuino, no solo culpa

El remordimiento real no se expresa solo con lágrimas o promesas, sino con acciones concretas. Una persona verdaderamente arrepentida no busca justificar su traición, sino responsabilizarse por el dolor causado y sanar lo que rompió. Si hay humildad, verdad y disposición al cambio, puede haber esperanza.

2. Cuando fue un error aislado, no un patrón repetitivo

Una infidelidad que surge en un momento de crisis personal o emocional, sin que haya una historia de engaños previos, puede entenderse como un desliz humano. Eso no justifica, pero permite analizar si se trató de una reacción desbordada ante una situación puntual que puede trabajarse.

3. Cuando ambos están dispuestos a reconstruir desde cero

Perdonar no es volver al punto donde todo se rompió, sino comenzar desde un lugar nuevo, con nuevas reglas, acuerdos y transparencia. Si ambos están comprometidos a sanar heridas profundas posiblemente con ayuda terapéutica y no solo a taparlas, el perdón puede convertirse en un acto de amor consciente.

4. Cuando el amor sigue vivo y hay respeto por el proceso de sanación

El amor por sí solo no basta. Pero si el amor permanece y ambas partes entienden que recuperar la confianza tomará tiempo, trabajo y mucha empatía, entonces perdonar puede ser un acto de fortaleza, no de debilidad.

5. Cuando el perdón viene desde el amor propio, no desde el miedo

Perdonar desde el miedo a estar sola, desde la dependencia emocional o por presión social, nunca será sano. Pero perdonar desde el amor propio desde la elección consciente y no desde la necesidad es un acto poderoso. Es mirar al otro y decir: 
"Pese al daño, decido intentarlo porque confío en nuestra capacidad de transformarnos."

Una decisión profundamente personal

Cada historia es distinta. Ningún consejo externo podrá decirte si debes o no perdonar.

 Pero si decides hacerlo, que sea porque reconoces que hay voluntad real de cambio, respeto mutuo y un deseo profundo de evolucionar juntos.

Perdonar una infidelidad no es olvidar, ni hacer como si nada pasó. Es recordar sin que duela, es aprender de lo vivido, y es transformar el dolor en una oportunidad de crecimiento individual o en pareja.

"El perdón no cambia el pasado, pero sí puede cambiar tu futuro."

Y a veces, ese futuro puede ser más fuerte, más consciente, y más real que nunca antes.

Este articulo es a petición de un gran amigo espero que este escrito diera luz en este tema tan delicado.

La autora: Dra. Elizabeth Mora, MSc. 
Psicoterapeuta especialista en terapia sexual, familiar y de pareja.
Terapeuta cognitivo conductual niñas, niños y adolescentes.
Para citas contactar al teléfono vía Whatsapp: 849-530-0635.
Reside en Barahona.