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sábado, 8 de noviembre de 2025

Melissa pone al desnudo el temple de Gonzalo Castillo

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POR SANTOS SALVADOR CUEVAS

El mes de octubre vino cortante y amenazante sobre el territorio Nacional.

Una lluvia copiosa, sistemática y constante sobre el Gran Santo Domingo y las principales ciudades del interior, del sur y marcadas provincias en donde hizo estragos y golpeó directamente el corazón de la Patria.

Melissa fue una amenaza silente, activa y sin moverse del territorio caribeño, atrapado por la nubosidad que le envolvía y no permitía, ni desplazarse a gran velocidad, ni detener las aguas vertidas aunque sea por 24 horas.

Las aguas cayeron y golpearon sin clemencia, sobre todo a los hijos de machepa que habitan en lugares marginados, los echa días, los que se desayunan muchas veces al llegar la noche con su retorno al hogar después del combate diario por el pan y la vida.

Esa población vulnerable, que vive del 'echar dia' y la   "clemencia de Dios", pasó en octubre parte de sus días más angustiantes y de peligro, pues para dónde se la buscaban si la ciudad estaba abnegada en agua que caía, que trajo Melissa y que no daba tregua.

El pánico se le vino encima a los hijos de machepa, los descalzos, los sin techos, sin pan y sin vida.

El pueblo esperaba la asistencia del Plan Social, pero no llegó.

Los ciudadanos aguardaban por la llegada del gobierno o algún político oficialista o de la oposición dispuesto a dar la cara y llorar junto a los que lloran y claman por mejor suerte.

Solo uno dió la cara, y se la jugó.

Un solo ciudadano se atrevió a decir presente.

Tal lo hizo de frente en el 2020, en torno y alrededor del Covi-19 y todas sus implicaciones.

Gonzalo Castillo, durante el Covi-19, se olvidó del peligro y de la cuarentena Nacional y salió, pecho erguido, frente en alto y con las manos remandadas, a compartir sus bienes con los descamisados y los hijos de machepa.

Vi durante el Covid a un Gonzalo como un guerrero, tocando puertas casa por casa para entregar bolsones y cupones de alimentos.

Desafiando el peligro y la muerte, para decir con su ejemplo y solidaridad que los habitantes de los barrios no están solos.

Así mismo, Gonzalo Castillo, puso su empresa al servicio de la Nación, transportando enfermos en sus aviones, rescatando a Dominicanos varados en otras playas.

Nunca vi una solidaridad desbordada en un solo hombre.

Y volvió al ataque.

Y salió a las calles desafiando el poder letal de la tormenta Melissa, llevando apoyo y calor humano a los hijos de machepa.

Gracias a Gonzalo hubo presencia y resistencia al ataque implacable de una tormenta que mostraba y daba señal de que "vino para quedarse".

Lo de Gonzalo, no es una estrategia politiquera, es la acción constante de un hombre bueno y solidario.

Gonzalo Castillo es un fenómeno social que los sociólogos deben estudiar.

Es un ejemplo que deberíamos imitar los que en verdad amamos la Patria.

El fenómeno, la entrega solidaria de Gonzalo Castillo, si no fuéramos tan fanáticos y mezquinos, todos fuéramos partidarios de que este ejemplo sin desperdicio y humanista sea llevado a las escuelas, para que los hombres y mujeres del presente y el futura aprendamos a vivir como Gonzalo Castillo.

Seamos cristianos, imitemos el ejemplo desprendido de Gonzalo Castillo.

Podemos estar o no en contra de Gonzalo el político, pero es de grandeza intentar ser entregado y solidario como Gonzalo Castillo.