Cuando asumí aspirar a un cargo electivo, lo hice con la firme convicción de servir, algo así como hacer formalmente y desde el ángulo público lo que he hecho toda mi vida.
Por eso me resulta tan fácil seguir haciéndolo sin haber nunca manejado dinero público ni ser empleado del Gobierno.
Iniciamos un camino que no ha resultado tan fácil, como ocurre con quien transita senderos éticos y correctos en terreno fangoso. Hemos vencido todas las trabas traperas y espurias proferidas por injustos adversarios.
Aún así, nuestro proyecto se erige firme y gigante porque mi pueblo, sin yo merecerlo, me ha prohijado desde sus entrañas.
Tomaré decisiones siempre éticas, procurando que con quienes trabaje, tengan afinidad conmigo, porque, reitero, nunca me han movido los beneficios personales.
Mi misión en política y aun en mi vida privada es servir, porque he sido bien servido por los míos durante toda mi vida.
¡Lo que viene ahora es mejor, cuenten siempre conmigo!